18.9.09

Un debate necesario


En el marco del 16º Festival Latinoamericano de Video, el viernes 11 a las 18:00 en el Teatro La Comedia se realizó el debate sobre el nuevo proyecto de ley de servicios de comunicación audiovisuales.
Si bien se había anunciado la presencia del titular del COMFER, Gabriel Mariotto, el mismo no pudo asistir. En su reemplazo, el decano de la Facultad de Ciencia Política y Relaciones Internacionales de la Universidad Nacional de Rosario, Fabián Biciré. Lo acompañaban Liliana Mazure, Presidente del Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales; y Lucrecia Cardozo, responsable de la gerencia de Acción Federal de dicho instituto.

La charla comenzó con una introducción por parte de Biciré respecto de lo que este proyecto de ley implica para la mejora en la calidad de la democracia. Hizo alusión a la comunicación como derecho fundamental que debe ser garantizado, y que se vincula “no sólo con expresar las ideas sino tener la concreta posición de recibir un conjunto plural de información de diversas fuentes y de diversos actores que puedan expresarse en la realidad mediática.”
Democratizar la comunicación no es una idea innovadora en los tiempos que corren. El avance en las tecnologías y en las herramientas utilizadas para comunicar ha venido acompañado de un cambio en las legislaciones existentes, con la finalidad de que esta revolución abarque las diversas pluralidades.
Nuestro país ha demostrado una vez más estar un paso por detrás. No obstante, éste es el momento. Después de décadas de huirle a la posibilidad de revisar el decreto ley que hoy es “anacrónico en cuanto a tecnología”, y de “estar inspirado en la doctrina de la seguridad nacional”, el proyecto que se debate en audiencias orales y públicas en la Cámara de Diputados, es ampliamente superador.
No sólo porque “recupera las tradiciones propuestas de múltiples organizaciones sociales, de derechos humanos, universidades” sino porque “también están plasmadas las propuestas de las principales fuerzas políticas”, aclara Biciré.
Para Liliana Mazure, “la nueva ley es un tema fundamental, las nuevas tecnologías han condicionado todo, incluso las salas de cine. Es un problema de sobrevivencia”, explica mientras da a conocer los porcentajes de películas nacionales que se exhiben en el cable y en los cines. La producción nacional no pasa del 4%.
Hay contenidos que esconden un trabajo previo, del que no suele hablarse, y que no llegan a nuestras pantallas. Ello implica, entre algunas cosas, el ocultamiento de las cifras de ocupación que genera el sector, pero paralelamente, el surgimiento de modalidades diferentes para captar público. Llámense festivales, concursos, muestras, el argentino creativo se las rebusca para dar a conocer sus producciones.
El INCAA apoya este proyecto y presentó modificaciones relativas al sector. “Hay que crear condiciones para hacer efectivos los derechos que la ley menciona, y esto tiene que ver con la posibilidad efectiva de poder producir los porcentajes de contenidos que establecen las cuotas de pantalla para las señales nacionales y locales”, enuncia Lucrecia Cardozo. Y amplía, “conjuntamente con otros organismos nacionales que tienen competencia en algunas de las políticas de comunicación venimos trabajando en este consejo que nuclea las 14 señales públicas de televisión provincial que hoy son repetidoras en su gran mayoría de las señales nacionales, por varias razones, fundamentalmente la falta de recursos para generar contenidos propios.”
Estos relatos son ejemplos de otras voces que no se escuchan ni se leen. Son el reclamo para que la comunicación comience a ser tratada como un derecho y no más como mercancía.
Seguramente habrá puntos en el proyecto actual que deban ser mejorados. Habrá que incluir opiniones disidentes y ceder, eso es la negociación. Pero hay que hacerlo. Porque es una deuda. Porque es responsabilidad de los representantes que gobiernan en nombre del pueblo, quienes también tendrán que explicar al común de la gente qué significa esta nueva ley y los motivos reales de su necesidad.
“Si queremos una democracia más profunda tenemos que pensar en una democratización del sistema mediático”, concluyó Fabián. Y me hago eco de sus palabras, y las repito, y las cito.

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