3.6.13

Crónicas que se vuelven a gestar

Diciembre de 2012...

Hoy empiezo más tarde, pero comienzo. Que no se sienta tanto la diferencia entre la primera y la segunda. Es inevitable que pase, porque mientras dentro mío va creciendo de a poco Indira, afuera Genaro se hace gigante. Y artista. Payaso. Encantador.
Mi alegría es indisimulable. Estoy feliz de pasar nuevamente por este estado, y radiante porque me siento bella...porque crezco con cada patadita que siento y cuando escucho el tierno Má de mi niño.
¡¿Otra vez?! Me preguntaron asombrados varios/as al enterarse la noticia. Y sí, afirmé categórica, ¿o pretendían que solo pasara una vez?. Bajo ninguna circunstancia, salvo razones irracionales, hubiera tenido un solo hijo.
Y es otra vez pero nada igual a aquella vez. Porque ya mis preguntas se responden de antemano. Porque son menos las sorpresas pero es grande el disfrute. Porque alguien más acaricia, besa y mira mi panza, que a menudo se siente como la panza de todos y todas...
Y porque los comentarios ya no son los mismos...aquellas miradas que desnudan e interrogan ahora además comparan...


Marzo de 2013...

La niña se hace desear...pasó la fecha probable sin novedades urgentes pero con una ansiedad generalizada que se traduce en mensajes de texto diarios del estilo "-y, ¿contracciones?",  "-¿tenés algo de dilatación?" o "-dale Indi que te queremos conocer"...
Y yo, que hago malabares para caminar con el órgano más grande del cuerpo estirado a más no poder, una panza redondísima que la gente mira por la calle atreviéndose a apostar que dentro hay un nene gigante y Genaro a upa, tengo que relajarme para no desesperar...
En la última ecografía, Federico, para mí el mejor intérprete de pantallas, me dijo: 4 kilos 100.
Y silencio...
-¿Y la cabeza?, fue mi pregunta animal.
-La cabeza normal, me dijo no menos animal...

Y bueno, a parir con intensidad otra vez pensé...pergeñando que el próximo juro que sí busco un enano como padre...