19.8.10

Las palabras y yo...

En la escuela siempre disfruté más Lengua que Matemática. No comprendía para qué podían llegar a servirme las operaciones complejas, las raíces cuadradas, las x y las y, si con las palabras me bastaba y sobraba. Los libros eran de gran ayuda.
Me gusta escribir tanto como me cuesta encontrar las palabras adecuadas, las metáforas que sinteticen mis estados de ánimos o la capacidad para dejar de ser yo. No he podido aprender a salirme de mi misma, a escribir en esa huidiza tercera persona.
La rutina de cada día enfrentarme a una hoja vacía birome en mano, o teclado enfrente, no he conseguido incorporarla a mi agenda. Tampoco quisiera que me recuerden por los memorándum diarios bien redactados…
Lo producido a la fecha son artículos periodísticos, que se caracterizan porque en todas doy mi visión particular de las cosas. No sé si está bien o mal, sólo obedece a mi impulso por hacer el uso que quiero de las palabras. Creo con ellas se puede cambiar el mundo, para eso las uso. (tal vez el mundo sea mucho…mi mundo no lo es…)
Creé un blog al que no actualizo. Ni siquiera sé cómo se usan todas sus posibilidades. Hay menos de diez publicaciones allí, la mayoría notas que debía entregar a la Secretaría de Extensión del instituto donde cursé la carrera, o sea que fueron una obligación aunque me dio mucho gusto hacerlas, y leerlas.
Hasta hace no mucho, mantuve la costumbre de escribir cartas. A amigas, novios, o destinatarios que nunca llegarían a ser tal. Benedetti, Jorge Lanata…una vez le escribí a Carlos Menem…En esas líneas las dueñas de la situación fueron siempre las palabras, por más que luchara contra ellas con mi escudo a prueba de sentimentalismo, siempre ganaban ellas…
Soy demasiado autoexigente. Me gusta buscar los vocablos adecuados, la coherencia entre los párrafos, que se encuentre la idea principal con facilidad, que se entienda, porque escribo para un igual a mí.
Sé que a menudo resulto soberbia, lo sé porque me lo han dicho no porque yo lo crea. ¿Eso resultará soberbio también?...intento contagiar el espíritu por la lectura y parece imposición. (No hubo navidades o cumpleaños sin que yo regalara libros a mis hermanos…eso sí fue imposición literal)
Llegué a este párrafo y volví a releer y corregir los anteriores…imagino el tiempo que me llevaría escribir un cuento corto….
Descreo de la musa inspiradora, aunque confieso que demasiadas veces creí haber logrado la escritura por ella. Sería más sencillo esperar que llegue…tal vez no me atreva a enfrentar un fracaso y por eso la sigo esperando…

2 comentarios:

  1. lo importante es poder decir siempre

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  2. Mamá1.9.10

    Coincido con Juliana en que "lo importante es poder decir siempre" pero además tenés una innata capacidad para decir con estilo propio. Será muy soberbio de mi parte decir que "lo que se hereda no se roba...", JAJAJAJAJ, me encantó. Te quiero!!!! tu alucinante madre (con toda modestia)

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